Nada como mirar lo que llevan los especialistas en sus mochilas para saber de verdad las herramientas y útiles que llevar a la montaña.
Cualquier artículo que te pueda parecer una tontería, en ciertos casos de emergencia o apuro, te pueden salvar y ayudar a salir del apuro.
Coge libreta y lápiz que te contamos 5 artilugios de bolsillo que desde hace un tiempo siempre están presentes en cada salida a la montaña que hago.
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5 soluciones de bolsillo para llevar a la montaña
Caben en cualquier bolsillo, no pesan y nos servirán de ayuda en momentos delicados.
El mundo de los accesorios de reducido tamaño tiene muchos seguidores en los países anglosajones, con fuerte tradición montañera, pero muy poco tirón en el nuestro. Éstas son las “ayudas”, casi liliputienses, que podemos conseguir por muy poco dinero.
Linterna minúscula pero potente
Nos lo habrás leído más de una vez en: lo único que en todas las ocasiones va con nosotros a la montaña es… ¡la llave de nuestra casa! Si unimos a nuestro llavero una micro linterna siempre tendremos luz para resolver un imprevisto, como volver ya sin luz al coche (no es tan raro en invierno cuando prácticamente a las seis ya es de noche o si hemos olvidado la frontal en casa). Hasta hace muy poco su luminosidad y autonomía eran muy bajas, pero ahora ya hay modelos como los de la imagen que alcanzan casi los 400 lúmenes, ofrecen una autonomía de varias horas (4 en la función de 38 lúmenes) y pesan menos de 15 gramos. Cuestan de 20 a 40 euros y son recargables.
“Premio” en la cumbre
Algunos esquiadores de la montaña de la zona centro nos han confiado uno de sus sencillos secretos: cuando llegan a la cima ya cansados, les espera dentro de su mochila una pequeña recompensa motivadora, que además les da energía para la bajada: una lata de refresco con gas. Ahora que las versiones mini de los aviones se venden en los supermercados, descubrirás que este capricho útil cabe en cualquier hueco de la mochila más reducida.
Una humilde bolsa de basura
Las cualidades de una simple bolsa de plástico son muy conocidas por los montañeros británicos, que soportan un tiempo infernal durante el invierno en sus cimas. Agujereándola podrás tener un pseudo chaleco cortaviento y térmico de fortuna para cuando haya más frío del previsto. También protegerá tus calcetines secos de respuesto, tu móvil y el mapa dentro de la mochila, porque ésta realmente no suele ser impermeable sino sólo algo resistente a la lluvia. Las bolsas de basura han salvado de congelaciones a montañeros en apuros sobre la nieve, colocándola entre el calcetín y la bota, por crear una barrera de vapor muy eficiente, que evidentemente condensa tu propia transpiración pero minimiza la pérdida de calor corporal.
Fiambreras muy, pero que muy pequeñas
¿no te ha pasado más de una vez que no has llevado ciertos alimentos en salidas cortas porque no sabes dónde meterlos para que no se estropeen o manchen la mochila? Las fiambreras de 6 centímetros de diámetro y con cierre a rosca apenas pesan y puedes llevar desde trozos de fruta ya pelada, a mezclas de frutos secos con trozos de chocolate o incluso una pequeña ensalada con su salsa.
Jabón de emergencia:
Es fácil cuando salimos a la montaña no llevar un gel hidroalcohólico porque se nos olvida, no lo creemos necesario o tememos el riesgo de que se entreabra el tapón y se salga el líquido, manchando bolsillos o mochilas (más común de lo que imaginamos). Unas mini láminas de jabón seco, que apenas necesitan unas gotas de agua, nos permitirán lavarnos las manos cuando lo precisemos ¡lo que no es ninguna tontería en estos tiempos de pandemia!