Ya no dura como antes: El material de montaña hay que cuidarlo cada vez más

Si tienes una prenda, o guantes, o calzado que incorpora la membrana Gore-Tex necesitas saber qué cuidados debes emplear para que las prestaciones de dicha membrana se mantengan durante el tiempo.
Pero no solo eso. Hoy en día hay que cuidar y mucho, el material de montaña. No es que dure menos, es que dura menos. Pero la explicación a esto es que los nuevos materiales son mucho más ligeros, más transpirables y cómodos. Eso tiene un precio y es su durabilidad.
Te las explicamos a continuación.

 

Cómo conseguir que el material de montaña dure más

¿Estás harto/a de que te dure cada vez menos? Te contamos cómo prolongar su longevidad

 

Muy lejos queda ya el añejo axioma de que el material sólo era de buena calidad si duraba mucho. Hay tanta diversidad de material, variedad de precios, sobreinformación poco neutral y canales diferentes de venta que prever la duración real de un producto resulta apabullantemente complejo.

¿Dura menos el material de montaña hoy en día?

Los aficionados a la montaña más experimentados suelen quejarse –y con razón- de que el material de montaña actual dura menos que hace décadas. Parte de los consumidores incluso afirman que el material se fabrica intencionadamente peor para que tenga que renovarse más a menudo  y así incrementar las ventas, una obsolescencia programada que en realidad en el caso de los productos de montaña no suele existir. Actualmente existen gamas de bajo precio que antes no se fabricaban, una externalización generalizada de los productos a países asiáticos para reducir costes de producción y por desgracia a menudo controles de calidad poco exigentes. Por otra parte, si los consumidores valoramos más la estética que la funcionalidad  y además apostamos por primar gustos concretos –por ejemplo la ligereza o compresibilidad sobre la longevidad -o apostamos por comprar productos on line sin conocerlos físicamente,  caminamos aún más rápido hacia el “compro-uso-desecho-compro…”

 

 

Sobre el asesoramiento

Resulta tremendamente difícil conseguir un asesoramiento de calidad sobre la longevidad real del producto que deseamos comprar. Buena parte de las tiendas on line se limitan a transcribir literalmente o maltraducir la información del fabricante, dentro de una vorágine comercial en el que el buscador de Google se utiliza masivamente por la mayoría de los compradores como un mero localizador de los precios más bajos posibles. Por otro lado parte de los vendedores de tiendas físicas no permanecen el suficiente tiempo en su puesto de trabajo para recibir una formación específica sobre el material. Y muchos de los test realizados por patrocinados que acostumbran a ser buenos deportistas pero no realmente expertos en material han sido realizados durante tan poco tiempo que rara vez van a valorar con suficiente rigor la duración de un producto.

Localizar tiendas, webs y revistas de confianza es más fácil si preguntamos en cuáles podemos confiar a los profesionales de la montaña: guías, guardas de refugio, técnicos deportivos con experiencia, recordando no obstante que los más vehementes o presumidos en las redes sociales acostumbran a ser los que menos saben de material…

 

5 precauciones fáciles de seguir

El ciclo de conseguir que tu material dure más incluye tres etapas en las que encuentran compra, uso y conservación. A su vez, si dentro de estas fases guardas las siguientes precauciones te resultará más sencillo no tener que renovar tu material casi constantemente:

  • Evitar los productos de bajo coste. Los productos que cuestan entre la tercera y la quinta parte suelen dar mal resultado a medio y largo plazo. No esperes longevidad más allá de los 2 o 3 años para un pantalón que cueste 20 euros o para unas botas de 30 euros. Esto no significa que obligatoriamente el material más caro siempre dure más, pero en la gran mayoría de los casos sí.
  • Cuidarlo durante el uso. Si tengo que atravesar una zona con vegetación agresiva parece poco razonable no cubrir mi plumífero o mi chaqueta de lluvia ultraligera con una prenda que lo proteja (por ejemplo un forro polar) o no tomarse la molestia de guardarlo momentáneamente dentro de la mochila. Identificar qué puede dañar nuestro material resulta más fácil de lo que parece: en general le va a sentar mal el contacto y rozamiento con superficies de roca, retorcerlo o traccionar descuidadamente de él, sobrecargarlo, los golpes fuertes o una exposición solar muy prolongada.
  • Almacenaje correcto. Guárdalo en casa sin comprimir en funda alguna, sin peso adicional encima y totalmente seco.
  • Lavado no agresivo. Con un lavado a mano, en agua fría y un champú suave nunca lo dañarás.
  • Mantenimiento regular. Puede abarcar desde retirar el barro del calzado hasta reimpermeabilizar una chaqueta o el doble techo de una tienda de campaña con un aerosol hidrofugante. Actualmente hay multitud de parches autoadhesivos de nailon que reparan con facilidad desgarros y perforaciones por menos de 10 euros.
 

 

Dos últimas recomendaciones

Evita prestar tu material a gente poco cuidadosa sólo porque te da reparo negarte. A menudo conocidos que no son verdaderas amistades pueden pedirnos nuestros objetos más preciados para sus caras vacaciones y devolvérnoslo sin inmutarse en mal estado. Y recuerda siempre que casi todo el material ultraligero, pese a sus innegables ventajas, dura entre la mitad y la cuarta parte que productos de similar calidad pero mayor peso.

 

 

OXIGENO REVISTA